Práctica 7. Laura Garro. Juegos literarios: Los dados de historias
Enseñar a mejorar la expresión escrita en secundaria debería ser fundamental en las aulas, pues se trata de una destreza compleja que los alumnos aún no han desarrollado por completo y que tendrá un papel relevante tanto en su futuro formativo como en el profesional.
La práctica de la escritura sigue
siendo en la actualidad una actividad limitada a géneros concretos y que, además,
se realiza de manera esporádica. El ejercicio de la expresión escrita debería
utilizarse, además de para evaluar y corregir aspectos más formales como la
ortografía, la puntuación o la sintaxis, para fomentar la creatividad y que los
alumnos conciban la escritura como una potente herramienta de expresión
dinámica e imaginativa.
En relación con la reflexión
anterior, existen multitud de dinámicas que se pueden utilizar en el aula para
que los estudiantes creen sus propias historias; se trata de actividades explícitas
y específicas en las que los alumnos reciben instrucciones concretas que deben
seguir, de forma que se evitan, por su parte, respuestas como «no se me ocurre
ninguna idea» o «no sé sobre qué escribir».
En línea con el archiconocido binomio fantástico de Gianni Rodari, un interesante ejercicio de escritura es el propiciado por los llamados dados de historias o story cubes.
Estos dados nacieron en 2004 de la mano del irlandés Rory O’Connor, quien se dio cuenta de que las imágenes más simples despertaban la imaginación, de forma que se le ocurrió utilizar estas imágenes para crear e inventar historias. Los dados incluyen en cada una de sus caras un dibujo o pictograma, de forma que los participantes deben lanzarlos y, a partir de las imágenes resultantes, deben crear una historia. Actualmente, también es posible, gracias a diversasaplicaciones, jugar con dados digitales, aunque la esencia del juego es la misma.
Los story cubes agudizan el ingenio y afinan la imaginación de los estudiantes; además, se puede variar el nivel de dificultad en función del número de dados que se empleen (entre tres y cuatro para alumnos de cursos inferiores y hasta nueve en el caso de cursos más avanzados), de forma que es un interesante juego literario para poner en práctica en el aula y trabajar la expresión oral.
¡Me parece súper interesante y enriquecedor para el alumnado, Laura!
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