Práctica 11. Laura Garro. Educación 2055.


Buenas tardes, queridos telespectadores. Hoy nos acompaña en La aventura del saber, Laura Garro, la primera profesora española en ganar el Distinguished Educator Award 2055, un galardón que la Universidad de Harvard otorga cada año como reconocimiento a la labor innovadora en el ámbito docente. 

- Buenas tardes, Laura, muchas gracias por acompañarnos y, por supuesto, enhorabuena por semejante premio.

- Gracias, muchas gracias, la verdad es que ha sido un premio inesperado, pero agradezco enormemente que valoren mi trabajo de esta forma.

- Háblenos un poco de sus inicios como profesora, de cómo y cuándo nació su vocación docente.

- Bueno, siempre digo que mi vocación docente fue un poco tardía porque yo, realmente, estudié Periodismo, después me dediqué a otras cosas y, mientras tanto, decidí matricularme en lo que en mi época era el Grado de lengua y literatura españolas. Fue ya en los últimos cursos cuando pensé en la enseñanza como en una opción laboral; de hecho, el último curso de la carrera lo compaginé con el Máster de formación del profesorado.

- ¡Vaya! Debió ser un curso muy intenso.

- Sí, fue realmente extenuante, sobre todo el último trimestre, porque en el máster teníamos que entregar muchos trabajos y muchas prácticas, el TFM, las memorias de prácticas…

- La docencia ha cambiado mucho desde entonces, ¿verdad?

- ¡Totalmente! Recuerdo a uno de nuestros profesores del máster, Rovira, que nos hablaba de TIC, MOOC, Twitter, blogs… y todo eso ha quedado ya completamente obsoleto.

- ¿Cómo definiría la educación actual? ¿Es mejor que la que usted recibió?

- No es mejor ni peor, es diferente. Los tiempos cambian y la educación debe cambiar con los tiempos. Durante mucho tiempo eso no fue así, pero afortunadamente, ahora somos muchos los docentes que apostamos por la innovación, por tratar de que la enseñanza sea significativa y, sobre todo, experiencial.

- Ese es uno de los motivos por los que han premiado su labor docente, porque experimenta mucho en sus clases.

- ¿Cómo no hacerlo con las increíbles opciones que nos ofrece la tecnología en la actualidad? ¿Cómo hablar de la literatura del Siglo de Oro español sin trasladarnos al momento de concepción del Quijote o de La dama boba? Aunque no podamos interactuar con los personajes ni alterar ningún acontecimiento, por aquello de no cambiar el futuro, lo cierto es que es una verdadera suerte que, en el ámbito docente, nos permitan hacer uso del Anacronópete para viajar en el tiempo. Los estudiantes disfrutan mucho y, además, cuando el aprendizaje es experiencial es cuando se convierte realmente en aprendizaje.

- ¿Y cómo lleva lo de dar clases desde casa? ¿Echa de menos la presencialidad?

- Se echa de menos, claro, pero al final, todo tiene que ver con lo que decía antes de tener que adaptarnos a los tiempos que corren, y las últimas pandemias que hemos vivido han hecho necesaria esta reinvención total de la educación. Afortunadamente, los medios digitales son mucho mejores que los del 2020 y el 2021, cuando apareció la Covid 19 y nos tuvimos que apañar con lo que teníamos. Se me sigue haciendo raro aparecer en versión holograma en las casas de mis alumnos, pero a todo te acostumbras. Además, el sistema de evaluación virtual también ha mejorado mucho; ahora enseguida detectamos quién está haciendo trampas en los exámenes y eso está muy bien.

- ¿Y qué me dice sobre el eterno debate de los deberes? Porque, a pesar de tantos cambios, los alumnos se siguen quejando de que tienen muchas tareas que hacer.

- Bueno, a ver, ahora la enseñanza es más autónoma: no hay centros educativos a los que acudir, no hay un horario rígido de clase… Todo esto está pensado para que los estudiantes aprendan desde niños a organizarse y a desenvolverse en entornos multidisciplinares. En este sentido, los deberes son necesarios, claro, porque con ellos aprenden a responsabilizarse de sus propias tareas, aunque siempre hay algún rezagado, claro. De todos modos, son tareas diferentes a las que hacía yo, por ejemplo, mucho más interactivas y prácticas.

- Y a pesar de tanta innovación tecnológica, usted sigue fomentando la escritura manual en sus clases…

- Sí, por supuesto, debo ser una romántica. Trato de buscar un equilibrio entre la tecnología y los medios tradicionales porque no quiero que mis alumnos desaprendan a escribir. El acto de la escritura a mano es más pausado, más personal, y tiene más encanto.

- Bueno, Laura, nos hemos quedado sin tiempo para más preguntas, aunque podríamos estar toda la tarde charlando.

- Sí, ha sido un rato muy agradable.

- Le doy las gracias de nuevo por habernos acompañado esta tarde en La aventura del saber. Esperamos que nos vuelva a visitar pronto.

- Gracias. Estaré encantada de volver otro día, claro que sí.

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