Práctica 2. Raúl Navarro Valiente. La mirada del otro (confinado)
Reconozco que la pandemia no ha sacado lo mejor de mí. Tampoco creo que pueda sacar ninguna conclusión positiva de su llegada. Pero el tiempo en casa y las limitaciones en el exterior me han hecho redescubrir a un viejo amigo: la lectura. Y digo viejo porque nos teníamos un poco olvidados, concretamente desde aquella época de cómics de Mortadelo y Filemón, Tintín o Astérix y Obélix. El ajetreo de los días y la vida en el instituto me había hecho aparcarla en el cajón de las cosas olvidadas. Pero ahora hemos hecho las paces.
Todo comenzó la tarde en que decidí continuar la saga de Harry Potter que ya había empezado a ver en televisión, pero esta vez en formato escrito. El prisionero de Azkabán fue el primero, y de ahí hasta Las reliquias de la muerte fue todo como un mágico encantamiento.
Una vez consumida la saga del mago no me quise detener ahí, y continué con una de las recomendaciones que me hizo un profesor: Carlos Ruíz Zafón. Reconozco que ya nunca volveré a ser el mismo tras haber descubierto la trilogía de la niebla, con esa mezcla de misterio, elegancia y belleza que tan sólo el malogrado escritor barcelonés podía crear.
De pronto sentí la necesidad de seguir descubriendo más obras de literatura juvenil, y Las lágrimas de Shiva me hicieron declaradme admirador de César Mallorquí. La mansión Dax y El círculo escarlata se sumaron a las lecturas.
Me reconozco ahora fascinado por la novela de fantasía. El Hobbit me abrió un nuevo panorama literario, potenciado al mismo tiempo por el redescubrimiento de las trilogías cinematográficas de Peter Jackson. De ahí a Canción de hielo y fuego sólo hubo un paso.
Y si comencé esta redacción hablando de cómics, los años me han descubierto un nuevo género destinado a un público un poco más adulto. Y es que ya casi no soy capaz de irme a la cama sin disfrutar de unas páginas de Watchmen o de V de Vendetta.
Como decía, la llegada de la pandemia sirvió para que la lectura y yo volviéramos a juntar nuestros caminos. Y las obras que me esperan en dicha senda no harán otra cosa que sellar nuestro compromiso para siempre.
¡¡Yo quiero tener un alumno así!! Excelente selección. Creo que te gustarán las siguientes clase.
ResponderEliminarHay errata en "malogrado escribir.. " ;)