Relato literario. #INVTICUA21
Aquí os presentamos nuestro relato literario:
Era domingo y Kai [1], contra todo pronóstico, se había despertado con los primeros rayos del sol, mucho antes de lo que solía hacer un día laborable cualquiera en el que siempre se le pegaban las sábanas. Era invierno, afuera nevaba y Gerda [1] seguía dormida, así que decidió ponerse los auriculares, encender su iPod touch y quedarse acurrucado en la cama un rato más. «Draußen geht der Frost mit schwerem Schritt vorbei / Sie trägt Eis auf ihren Lippen…» [2]. Ese último verso – pensó – parece estar hablando de Gerda: «Ella tiene hielo en sus labios». Llevaban varios años juntos, pero últimamente las cosas no estaban bien entre ellos. Gerda había vuelto a tener esas horribles pesadillas y desde entonces se mostraba distante con él. Muchas noches se despertaba, sobresaltado, por sus gritos: ¡Suéltame, Kaminski! [3] ¡No, tú no eres mi madre! Y cuando intentaba hablar del asunto con ella, Gerda cambiaba astutamente de tema o se marchaba sin mediar palabra. Kai ignoraba quién era Kaminski, pues apenas sabía nada del pasado de Gerda; de hecho, el día que se conocieron en aquella pequeña cafetería de Schlegelstraße, ella misma le había dicho que su única familia era Olaf [4], su gato siamés. Kai estaba preocupado por Gerda, por eso últimamente dormía poco y mal; la noche anterior se habían ido a la cama enfadados tras una fuerte discusión. «Quizá un buen desayuno consiga calmar los ánimos» – pensó Kai –, de modo que se levantó y se dirigió a la cocina a prepararlo todo. Una hora después, Gerda todavía no se había levantado, las french toast se enfriaban sobre la mesa del salón y Kai calmaba su ansiedad jugando al Revelations: Persona. [5]
Gerda, aún enredada entre las sábanas, se despertaba lentamente gracias a las caricias de Kai y al olor, ya leve, del desayuno. Se encontraba muy cansada a causa de las incesables pesadillas que la asaltaban algunas noches; los cariños de Kai y el desayuno que le había preparado mejoraron su ánimo, aunque, en el fondo, no dejaba de pensar en esos malditos ensueños. Kai, tras notar a Gerda más animada, salió a correr un rato, pero antes se despidió de ella con un beso. Gerda, mientras desayunaba, decidió seguir con la lectura de Breadcrumbs [6], pues aunque el libro no le apasionaba mucho, era un regalo de Kai y debía terminarlo. A los pocos minutos sonó el timbre de la puerta. «Serán Serenity [7] y Luta [8]» – pensó Gerda. Serenity era su mejor amiga, una joven un tanto extraña que poseía un don especial relacionado con el mundo sobrenatural, e iba siempre acompañada de su comadreja Luta. En varias ocasiones Serenity les había contado que tenía una piedra que atrapaba los recuerdos [9] y las pesadillas, pero tanto Kai como Gerda se negaban a creer en aquellas prácticas sobrenaturales. Serenity había decidido hacer oídos sordos a los comentarios de sus amigos y con el pretexto de darles unas delicias turcas [10] que ella misma había preparado, llevó la piedra consigo para ponerla a prueba con Gerda.
Últimamente, entre tantas pesadillas, Gerda recordaba haber tenido un sueño recurrente mucho más agradable: ella era la reina Arienrhod [11] y vivía en un palacio helado; sus aposentos estaban rodeados de espejos mágicos de hielo [12] que reflejaban solo la parte positiva de sus pensamientos. Afuera nevaba con fuerza y apenas lucía el sol, pero la felicidad era máxima, Gerda se sentía como una niña cuando salía a ese amplio jardín cubierto de nieve y participaba, junto con otros niños y niñas, en una divertida batalla de bolas de nieve [13]. Lamentablemente, el sueño siempre acababa ahí, justo en ese momento.
Cuando Serenity observó la media sonrisa que se dibujaba en los labios de Gerda al recordar ese bonito sueño, casi sin pensarlo, agarró la piedra, tomó la mano de su amiga y tras pronunciar unas ilegibles palabras mágicas, la trasladó a otra época, a otro lugar. Gerda no podía ver con claridad porque todo estaba borroso. Cuando sus ojos se acostumbraron a la penumbra de aquel lugar, se dio cuenta de que se encontraba en un palco privado de un gran teatro, sentada, como única espectadora de una función de la ópera La Regina delle Nevi [14]. En ese momento, desde el centro del escenario, una sombra la miró y un dedo parecía señalarle y decirle con voz tenebrosa «Eres la bruja de primavera» [15]. Gerda estaba confusa, pues todo aquello, más que un sueño, parecía el recuerdo de una situación que ya había vivido. ¿Pero quién era esa imagen que le señalaba? ¿Por qué lo hacía? ¿Qué significado tenía todo aquello? Estaba dispuesta a subirse al escenario para dar respuesta a todas sus preguntas, así que bajó del palco dando un gran salto y cuando iba corriendo por en medio de la gran sala de aquel teatro, se topó con Serenity, que se estaba convirtiendo en una estatua de hielo. La piedra mágica que las había llevado hasta ese lugar y que su amiga aún sostenía en su mano, cayó, de repente, al suelo. Gerda apretó fuertemente los ojos y cuando los abrió, se percató de que estaba en casa, enredada entre las sábanas, y de que olía a french toast recién hechas. ¿Había vuelto a tener otra pesadilla o todo aquello había sido real? «¡Serenity!» – gritó Gerda esperando una respuesta que no llegó.
Referencias:
[1] Christian Andersen, H. (1844). La reina de las nieves
[2] Subway to Sally (2005). Schneekönigin
[3] Foxlee, K. (2014). Ophelia and the Marvelous Boy
[4] Walt Disney Animations Studio (2013). Frozen
[5] Altus USA (1996). Revelations: Persona
[6] Ursu, A. (2010). Breadcrumbs
[7] Toei Animation (1994). Sailor Moon S: The Movie
[8] Wizar Animation (2012). The Snow Queen
[9] ABC (2015). Once upon a time
[10] Lewis, C.S. (1950-1956). Las Crónicas de Narnia
[11] Vinge, J.D. (1980). La reina de las nieves
[12] Stilton, G. (2020). La reina de las nieves
[13] Disney Interactive Studios (2015). Frozen: Snowball fight
[14] Valtinoni, P. (2010). La Regina delle Nevi
[15] Walt Disney Animations Studio (2013). Frozen
Enhorabuena, equipazo. Me ha gustado mucho vuestro relato, tan actual.
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