Práctica 11. Raúl Navarro Valiente. Educación 2030.

 


2031: una odisea en el aulario 


Pi-pi-pi-pi-pi

Pi-pi-pi-pi-pi

- “Cinco minutos más, sólo cinco minutos”, me lamenté sobresaltado, somnoliento.

Pi-pi-pi-pi-pi

- Desconectar.

Cuatro minutos y cincuenta segundos después la presión del novedoso dispositivo instalado en mi globo ocular me obligó a levantarme de la cama. Hacía pocas semanas que la empresa de la manzana había comercializado su último juguete: un artefacto invasor que hacía las veces de despertador, y al que mi ojo no terminaba de acostumbrarse del todo. Todavía con ganas de exprimir aquella fruta, recordé que aquel día terminaba el curso escolar, por lo que agarré mi aerodeslizador, mi chaleco rojo y puse rumbo hacia el colegio.

Mis alumnos esperaban.

Como cada día desde hacía unos años, la presencialidad no era obligatoria, por lo que los alumnos que lo deseaban podían seguir la sesión desde sus propios domicilios. La instalación de cámaras y paneles a lo largo y ancho del aula facilitaba la experiencia educativa. Los nuevos tiempos.

Aquella mañana trabajaríamos en torno al primer turno, horario que habían elegido los alumnos más madrugadores. Como decía, nos encontrábamos dentro de la última sesión del curso, en la que mi objetivo era reforzar las destrezas orales. Consciente de la importancia de hablar en público, había centrado las tareas de las últimas semanas en mejorar las competencias comunicativas de los alumnos. Por delante, tres horas de trabajo. ¿La temática? Imagina que eres un arqueólogo de la Universidad de Chicago al que le han encargado explicar el reciente descubrimiento de las ruinas de la Atlántida. Quién iba a decir que sus habitantes tuvieron acento gaditano…

Además, me hacía especial ilusión estrenar el atril que la administración de turno había instalado en nuestra moderna aula, diáfana y dividida es espacios de trabajo. Sin duda, una disposición que mejoraba el reparto de tareas, tan necesario dentro de una nueva era en la que el profesor se había consolidado dentro de su rol como guía del conocimiento.


Comentarios

  1. Fantástico. Quiero ir a tus clases e imaginarme como profe del Marshall College ;)

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